Principales beneficios
• La gente trabaja mejor cuando tiene una noción clara de lo que se propone. La experiencia nos dice que esto es un hecho verdadero en casi todas las ramas del esfuerzo humano.
• El trabajo se hace mejor y más fácilmente cuando existe una dirección y un propósito común de todo el equipo involucrado. Esto es tan evidente que a menudo se la pasa por alto.
•Los creativos y quienes intervienen en el análisis final de la publicidad, tienen mejores y más efectivas posibilidades de dar en el blanco con mayor impacto y menor esfuerzo, si se les provee de una información clara y específica de lo que se debe transmitir: la idea fuerza o central y las secundarias.
•La publicidad es la más intangible de las fuerzas del marketing. Por ello, resulta particularmente importante disponer de metas específicamente definidas.
• Todas las otras fuerzas de comercialización tienen herramientas tangibles y mensurables para comprobar su realización. Desde la producción hasta las ventas, pasando por toda la cadena comercializadora tiene idea visual de lo que es productivo o no. No ocurre lo mismo con la publicidad.
• Los vendedores pueden y deben hablar con los clientes. Conserva un cuadro mental de la reacción de los mayoristas o minoristas basado en el contacto personal y en el propio ambiente de cada caso. Hasta puede llegar a reproducir la escena y determinar el porqué realizó o perdió una o varias ventas. Eso tampoco ocurre con la publicidad.
•Las metas son imprescindibles debido a que la publicidad se ha tecnificado y especializado para cumplir determinados propósitos.
• Los creativos de antaño no disponíamos de investigaciones especializadas ni de otras fuentes de información sobre el grupo objetivo al que debía dirigir los mensajes. Confiados en una supuesta perspicacia, debíamos desarrollar las ideas solos o con un pequeño grupo de ejecutivos de nuestra agencia.
• La publicidad y el marketing de hoy representan los talentos aunados a un grupo de selectos especialistas, cuyas contribuciones se acrecientan si los objetivos de comunicación son claramente comprendidos y asimilados.
• Una meta bien planteada evita el desperdicio que resulta del desarrollo de “campañas de compromiso”. Asimismo la indecisión de acerca de la duda: ¿Qué mensaje deseamos transmitir y a qué grupo objetivo? La publicidad sin fundamentos claros conglomera los objetivos divergentes de por lo menos media docena de personas en la fuente emisora y no comunica ningún mensaje central y preeminente que tenga la fuerza requerida para llegar a quienes se encuentran en la base receptora: los consumidores.
• Es un grave error suponer o juzgar que una meta sea un freno o un corsé para la creatividad. En realidad, resulta todo lo contrario: es un recurso protector para facilitar la creación de ideas con impacto para persuadir.
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CONTINUARÁ (2º PARTE) |
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